La curiosidad es un atributo natural del ser humano que debe mantenerse como un activo hasta la adultez. El cerebro está diseñado para aprender por lo que es inevitable que los niños traten de comprender su entorno y no pueden dejar de explorar y experimentar todo el tiempo. A temprana edad la curiosidad de un niño se centra en mamá y papá, los padres son la puerta al mundo, por lo que son responsables de las mejores condiciones para el aprendizaje. A medida que los niños investigan, huelen, tocan, ven y saborean, alimentan el desarrollo emocional, social, físico y ético. Pero capitalizar la curiosidad en los niños no es una tarea fácil, requiere dedicación y el tiempo, los adultos deben proporcionar las experiencias enriquecedoras, pero también la independencia necesaria que ayuda a los niños a tomar las decisiones adecuadas. Es el equilibrio perfecto: crear una atmósfera que intriga pero no sobre estimular y ofrecer experiencias de acuerdo a la etapa de desarrollo pero que se alinean con los intereses de los niños. Algunos de los siguientes consejos pueden ser útiles en este desafío adicional para los padres:
- Enseñe a sus niños a explorar y expandir la curiosidad con entusiasmo incluso en actividades que pueden parecer arriesgadas o peligrosas para usted.
- Tenga siempre en cuenta la seguridad pero no como una restricción a la creatividad de su hijo. AnÍmelos a poner todos sus sentidos en acción dándoles nuevos objetos, texturas, formas, sonidos y gustos.
- Deje que sus hijos interactúen y observen el entorno fuera de casa. Llévelos a caminar, a conocer gente y visitar lugares de interés como jardines, zoológicos, centros de naturaleza, planetarios, acuarios y museos.
- Aliente la curiosidad a sus hijos dejándoles preguntar libremente qué no saben o entienden, algo puede ser obvio para usted, pero desconocido para ellos
- Provea materiales que estimulen las interacciones de los niños con otros y puedan expandir las destrezas del lenguaje y la comunicación como juguetes, libros y música.
- Si a su hijo le gusta imaginar cómo funcionan las cosas elija juguetes como rompecabezas o bloques con los que puede construir y crear.
- La curiosidad es un camino natural al aprendizaje, así que trate de escuchar respetuosamente y responder a las preguntas de los niños.
- Experimentar es una forma lógica de aprender, deje que sus hijos prueben nuevos enfoques en diferentes situaciones.
- No desanime a su joven aprendiz diciéndole “eso no es posible”, siempre ofrezca una razón para no hacer las cosas y todas las alternativas posibles.
- Sorprenda a sus hijos, lo inesperado realza su curiosidad: organizar una pequeña fiesta, invitarlos a cantar en voz alta, hornear un pastel, algo diferente que les guste.
- Invente una historia que su hijo deba terminar, invítelo a inventar personajes o darle un nuevo título o nombre.
- Haga preguntas a sus hijos, hágales pensar sobre sus opiniones (y esté preparado para escuchar todo tipo de respuestas).
- Y finalmente y lo más importante, deje que su hijo sea un niño y explore el mundo a su manera.