Gables Montessori Blog

LOS NIÑOS Y LAS MENTIRAS

Siempre pensamos en la verdad y la honestidad como los valores principales del ser humano y desarrollamos la confianza con ello en mente. Pero a veces no es posible tener todo claro y en control, sobre todo en el caso de los pequeños de la casa, nuestros niños, aquellos que a veces se rinden ante el poder de pequeñas mentiras piadosas. Cuando un niño vacila al decir la verdad sus  padres pueden sentir que el mundo se les viene encima y que todo el esfuerzo de la educación se ha ido, pero no es verdad. La mentira es un hábito malo y preocupante, pero hay mucho que aprender sobre ello. ¿Qué está detrás de la mentira? Puede haber muchas cosas.

Los niños son seres humanos en aprendizaje permanente, ellos no nacen con el código social interiorizado, por lo que a veces tienen que ingeniárselas para saber cuál es el comportamiento adecuado. El valor de decir la verdad es algo que debe ser observado y aprendido como una conducta normal. Muchas veces los niños mienten porque se sienten con miedo sobre algo que hicieron y no quieren tener problemas con sus padres o con los adultos que los cuidan. En otros casos las reacciones dependen de la edad. Los niños entre 3 y 7 años todavía no saben la diferencia entre la realidad y la fantasía y pueden crear mundos imaginarios para jugar con sus propias reglas. En ese caso, es tarea de los padres hacer un esfuerzo extra para hacerles ver qué es lo bueno y qué es lo malo.

¿Por qué mienten los niños? A veces hacen cosas sin pensar en consecuencias y ven que es demasiado tarde para decir lo siento cuando ven venir a sus padres con caras de pocos amigos. La verdad parece inalcanzable y la mentira aparece. Los niños mienten también cuando viven en una atmósfera peligrosa o violenta; cuando quieren desembarazarse de algo que no quieren hacer, cuando quieren ser aceptados (como un modo de encajar en un grupo); cuando los límites paternales son demasiado estrictos o cuando los padres mienten como un comportamiento normal.

Los niños también pueden mentir por otros motivos:  para establecer su identidad (igualarse con pares); hacer una impresión específica sobre su personalidad; hacer separación de la vida de sus padres; conseguir la atención o evitar herir los sentimientos de otra persona. Las causas pueden ser muchas. Pero es trabajo del padre conocer a su niño y diferenciar el tipo y la magnitud de las mentiras y evaluar si puede estarse gestando un comportamiento riesgoso.

¿Qué pueden los padres hacer sobre este hábito incómodo? Estar preparado para oír en cualquier momento algo sospechoso de sus niños, alguna frase o excusa que puede ser no una transparente verdad. Y pensar que es un comportamiento normal. Planificar con antelación y considerar qué hacer en “caso de”, como preguntar a un amigo, un consejero, un profesor o cualquier otra persona. Trate de ser neutro tanto como usted pueda al dirigirse a su hijo. No lo sermonee, los niños ya saben que se han equivocado, enfóquese en el punto, busque la causa y ofrezca los caminos alternativos a la mentira. Cuando usted habla con su niño, sea específico sobre lo que usted ve y sobre cuáles son los problemas. No complique mucho su mensaje, use frases cortas, sea directo y específico. No cierre la puerta a su niño, tal vez detrás de la mentira exista un problema que él está enfrentando. Es mejor crear un ambiente de protección donde él se sienta seguro, perciba lo que está subyacente a la mentira. Solo un pequeño porcentaje de niños miente como comportamiento crónico y en ese caso se requiere la ayuda de un especialista. En la mayoría de los casos, si los padres gerencian el problema, los niños pueden captar mejor la idea: decir la verdad es la mejor manera para mantener bien lejos a los problemas.

No Comments Yet


Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *