Gables Montessori Blog

LA IMPORTANCIA DE LAS SIESTAS

Las siestas son aquellos períodos de sueño en el día, en la mañana o la tarde, que son tan necesarios para el crecimiento de los niños. Para los padres puede que sea difícil manejar este tema porque para muchos las siestas durante el día se traducen en dificultades para dormirse de noche, pero ellas son cruciales para el desarrollo físico y mental. No existe regla sobre cuánto debe dormir un niño al día, esto depende de la edad, el temperamento, el entorno donde él vive y otros factores. Las necesidades de sueño son muy específicas, las mismas deberían ser evaluadas y entendidas por los padres para obtener lo mejor de las siestas (para ellos por ejemplo es un tiempo que pueden dedicarlo a otras cosas, un momento para relajarse).

Comúnmente, del nacimiento a los seis meses, los niños necesitan aproximadamente 14 a 18 horas de sueño por día, los bebés se levantan cada 3 horas para comer, pero después de cuatro meses de edad los ritmos de sueños se hacen más estables. En este período tal vez ellos necesitan dos o tres siestas al día de 30 minutos a 2 horas de duración. Los bebés de 6 meses a un año pasan 14 horas durmiendo (siestas incluidas) y para los niños (1 a 3 años) pueden ser necesarias 12 o 14 horas de sueño y sólo una siesta por la tarde. En promedio, los  niños en edad escolar duermen 12 horas de noche y toman una siesta corta por la tarde.

Algunos padres pueden pensar erróneamente que todos sus hijos deben tener el mismo modelo de sueño, pero aún el comportamiento de hermanos en una misma familia puede ser diferente. Algunos niños pueden necesitar más horas de sueño y otros necesitan menos. Unos pueden tener algunos hábitos de sueño que parecen extraños como el canto, abrazar un juguete o ciertas posiciones del cuerpo, en todos los casos lo mejor es simplemente observar y dejar descansar al niño.

Para estar seguro de si el tiempo de sueño de su niño es suficiente, observe ciertos signos físicos y emocionales como: el comportamiento soñoliento o cansado durante el día, el humor irritable o por la tarde, el modo fácil (o no) de levantarlo de la cama por la mañana, los problemas que presenta en sus tareas en la escuela y otras tareas, o cambios de su actitud (agresivo o impaciente). Si usted nota cualquiera de estos signos debería cambiar o ajustar el horario de sueño de su niño o la rutina de sus actividades.

¿Qué hacer para que nuestros niños consigan tener un buen descanso y tomen una siesta reparadora? Lo mejor es establecer una rutina. Esté atento a ciertos signos inequívocos como frotarse los ojos, bostezos, llanto sin razón o parpadeo intenso y establezca un entorno que invite al sueño. Lleve su bebé a la cama para que sepa que es hora de dormir, también puede inventar actividades asociadas como escuchar música suave, apagar la luz, hablar lenta y calmadamente y leer una historia. Intente crear siempre un entorno cómodo para su hijo a la hora de dormir.

No deje que el tiempo de la siesta se convierta en una batalla en el caso de los niños pequeños en edad escolar. Es muy común que los niños de 3 a 6 años no quieren gastar ni un segundo de sus vidas y rechacen tomar una siesta. En ese caso no fuerce a su niño solamente pídale que se relaje, léale un libro o déjelo jugar silenciosamente en su espacio, así al menos descansará un poco. Y no tenga el miedo, la siesta (una corta) no va a interferir con el tiempo de sueño en la noche. Es más fácil que un niño bien descansado pueda lograr el sueño al llegar la noche más que uno fatigado en exceso.

Read more