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El Ambiente Montessori

María Montessori describió el desarrollo del niño como “la adquisición progresiva de nuevas formas de independencia”. Cada aspecto del desarrollo natural del niño, desde que éste nace, son en sí conquistas de independencia que van siendo guiadas por las potencialidades interiores del infante, las cuales deben ser ayudadas por el medio ambiente, que a veces coarta o impide este proceso, en lugar de estimularlo y ayudarlo.

Estos procesos hacia la independencia del niño están ligados a su maduración fisiológica (funciones de maduración neurológica que ya vienen determinadas por cuestiones genéticas o congénitas).

El medio ambiente puede modificar  o entorpecer estos procesos internos, pero no los puede crear. Por tanto, la función del adulto es ayudar al niño a desenvolverse en un ambiente donde su desarrollo no se vea entorpecido, además de alentar su proceso de independización, es decir, dejar que el niño realice por sí solo actividades que sí puede hacer, a pesar de que a juicio del adulto no las pueda llevar a cabo.

El niño sólo puede desarrollarse por medio del trabajo, es decir, de experiencias directas con su ambiente, adquiriendo así nuevas habilidades y capacidades, que sólo pueden aflorar cuando el ambiente, adulto incluido, le brindan al niño libertad de acción y movimiento, de tal forma que el menor aumente su independencia, la cual no es estática, sino que es un logro continuo y permanente en la vida.

Un factor muy importante en la conquista de la independencia del niño es que éste desarrolle su capacidad de elección dentro de un ambiente preparado, es muy importante en la conquista de su independencia porque lleva el mensaje subyacente de que su persona, su opinión y sus necesidades son importantes, en lugar de dejar un estado de completa dependencia del adulto, al tomar decisiones por él, lo cual no le ayuda en lo absoluto, sino que lo confunde y lo mantiene en un estado de sumisión. La libre elección conduce al niño hacia la conquista de su independencia y ésta lo lleva gradualmente a la libertad.

En un ambiente Montessori, una de las funciones de la guía (que debe ser la misma de los padres en casa) es la de acompañar al niño en este proceso de volverse independiente, proveyéndolo de un ambiente preparado y estructurado que responda a sus necesidades de desarrollo, en otras palabras: “Ayúdame a hacerlo por mí mismo”.

 

 

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