Sin duda la alimentación es esencial para mantener el cuerpo, todo lo que el organismo asimila lo usa para funcionar. Y mientras los alimentos sean de mejor calidad, pues será óptimo el desempeño de músculos y órganos. En el caso de los niños escoger los productos adecuados es de vital importancia, ya que se trata de personas en crecimiento, cuyas células se dividen y multiplican aceleradamente y requieren constantemente aporte de energía. La edad es determinante para incluir determinados tipos de alimentos, debido a que los dientes van apareciendo y así la masticación amplía la cantidad de comestibles que se pueden procesar.
Desde temprana edad los buenos hábitos de nutrición deben ser inculcados en los pequeños, así se desarrollarán como adultos que se alimentan sanamente e incluirán en su dieta básica elementos de todos los tipos: vegetales, frutas, carbohidratos, grasas, proteínas y minerales. Lo más importante es hacer de esta práctica algo normal, entender que alimentarse saludablemente debe ser un modo de vida y no una obligación. Para ello lo mejor en el caso de los pequeños es tomar el ejemplo de sus padres. De nada sirve si una madre obliga a su hijo a comer ensalada pero ella no lo hace. Y esto se extiende al resto de la familia, a hermanos y personas cercanas que influyen en la educación del niño.
La primera condición necesaria es disponer de un entorno para comer agradable, donde el niño se sienta cómodo y rodeado de un ambiente aseado y placentero. La limpieza es fundamental, tanto de las sillas y mesa como de los utensilios a emplear. Es recomendable tener una hora fija para tomar las comidas, para que el niño se acostumbre a tener una rutina y a dedicar un tiempo determinado a una actividad tan importante como es alimentarse. Aunque muchos padres temen que sus hijos usen objetos que puedan ser peligrosos, es recomendable permitir que usen las tazas, cubiertos y platos de distintos materiales, así se habitúan a manipular con cuidado las cosas. También es valioso incluirlos en el proceso de elaboración de las comidas, haciéndolos desarrollar pequeñas tareas como lavar frutas, cortar, revolver y todo aquello en lo que puedan colaborar sin exponerse a peligros en la cocina. En estas actividades pueden aprender el valor del uso racional del agua y a afinar habilidades motrices.
Alimentarse saludablemente es un tema muy amplio. Empieza con escoger adecuadamente los productos en los supermercados o centros de compra. Para los niños es mejor seleccionar siempre los productos menos refinados, que contengan menos sustancias químicas y sean menos procesados. Así también el agua es preferible a los jugos de frutas, que contienen mucha cantidad de azúcar. Los vegetales son indiscutiblemente más versátiles que la carne, hay más variedad de ellos y su consumo es mejor. Cualquier especialista avalaría sin duda la afirmación que indica que los vegetales deben estar presentes en la comida diaria, así como las frutas. Nunca se debe obligar a los niños a probar algo. Lo recomendable es presentárselo de la manera más atractiva posible para que se anime a ello. Algunos consejos básicos se exponen a continuación:
- Las golosinas o dulces no deben verse como alimentos malos, los niños pueden consumirlos en cantidades moderadas y en ocasiones especiales.
- Las frutas y verduras deben estar presentes en la comida diaria, ambas aportan vitaminas, minerales y fibra. La mejor alternativa es comprar las que sean de temporada para aprovechar su precio y abundancia.
- Se recomiendan tres raciones de productos lácteos al día que pueden ser leche líquida, queso, yogurt y otros que aportan calcio a los huesos.
- En la cocina una buena práctica es reducir al máximo la cantidad de aceites y grasas que se usa para cocinar.
- No eliminar por completo los carbohidratos. Las pastas, panes, arroz, papas y otros son necesarios para formar los músculos.
- La buena hidratación es importante. La mejor opción es el agua, que no aporta calorías.
- Se debe procurar una alimentación variada que contenga alimentos de todos los grupos.
- Las comidas rápidas o comida chatarra deberían eliminarse de las opciones de diversión que puedan ofrecérsele a los niños.
- La buena alimentación se complementa con una actividad física moderada, durante la cual se ejerciten los músculos y se fortalezcan los huesos.
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